Para mim é ponto de fé que o foot-ball e seus anexos hão-de passar como os andaços e o toireio persistirá em virtude do raizame que tem na idiossincrasia da terra ibérica.
Aquilino Ribeiro
Para mim é ponto de fé que o foot-ball e seus anexos hão-de passar como os andaços e o toireio persistirá em virtude do raizame que tem na idiossincrasia da terra ibérica.
Aquilino Ribeiro
Correio da Manhã – Após 30 anos de carreira, dos quais 16 como matador, o que sente ao aproximar-se a despedida, quinta-feira?
José Luís Gonçalves – Sinto já uma certa nostalgia e, daqui para a frente, o vazio. No entanto, pelos anos que levo de toureiro, é a altura ideal para sair de cabeça erguida.
– Cumpriu o seu projecto de matador de touros ?
– Nunca estamos contentes com o que temos, porém, penso que não tendo atingido a posição de ‘figura’ que ambicionara, fui considerado um dos que melhor tourearam entre os nossos matadores. Isso enche-me de orgulho. Tudo conseguido com o meu esforço e a minha perseverança, o que acaba de ser louvável nesta profissão tão difícil.
– Sendo admirado pela plástica e estética das suas lides, entende que isso impediu aficionados de reconhecerem o real valor de lidador?
– Há sempre tendência para colocar rótulos. O meu toureio é de arte e de estética e sinto o meu próprio valor. Ir à Monumental de Madrid nove vezes, cobrando sempre, o que não deixa de ter o seu mérito, ir 18 tardes a França e a muitas outras praças igualmente importantes não foi com certeza pela estética ...
– Tendo actuado em todas as praças nacionais, em Espanha, França, América Latina e EUA, quais foram os triunfos mais significativos ?
– Duas ou três actuações em Madrid, os prémios conquistados no Campo Pequeno, na Venezuela – onde fui triunfador em Maracay –, os triunfos em França e uma actuação de destaque em Lima, no Peru, são alguns êxitos que me honram.
– O seu filho frequenta a escola de toureio de Badajoz. Como analisa a sua evolução?
– Como pai, é natural que me interesse por tudo o que ele faz e espero que seja feliz, desfrutando ao máximo da profissão que quer seguir.
– É ele que lhe corta a coleta?
– Não vou cortar a coleta. Desejo deixar as arenas mantendo-me sempre toureiro.
in Correio da Manhã, edicição online
Existe cinco lenços: branco, verde, azul, laranja e vermelho.
A minha escolha:
António Ribeiro Telles, pelo senhorio
João Salgueiro, pela verdade
Duarte Pinto, pelo valor
Continuo a aguardar que surja um tipo que se monte a cavalo, retire tudo o que de bom surgiu de novo na lide do toiro, mas que na sua essência preserve o momento da verdade. Que é o cravar do ferro, que se endireite com o toiro, dê o peito e crave entre a espádua do cavalo e o estribo, não precise de adornos popularuchos e desmoralizadores do toiro. Porque esse vai com certeza fazer ir as pessoas aos toiros.
Ferreira Paulo “Cachapim”, Opinião & Polémica, no jornal “Farpas”, nº 549, pp 6.
Centro de Documentacíon de Juegos com Toros
REPRESENTACIONES DE TOROS
En las islas Baleares los cultos procedentes de Asia Menor, Grecia y Egípto tuvieron un desarrollo especial, como lo prueban las espléndidas cabezas de Costig (Son Corró) y las cuernas de bronce o barro halladas en los yacimientos arqueológicos isleños. Este culto es anterior a la llegada de los romanos, aunque pervive durante su conquista. Las cabezas de toro y las cornamentas deben considerarse como ofrendas simbólicas y prueban la importancia del culto del toro en la Edad del Bronce ibérica. Cuernos simbólicos también han aparecido en Almería. Los cuernos ibéricos recuerdan los encontrados en Creta mucho más que los encontrados en los palafitos y demás yacimientos neolíticos.
Todas estas variantes demuestran claramente la extensión del culto al toro por las primeras civilizaciones. Entre los testimonios del trato de los íberos con el toro destaca el Vaso de Liria, de cerámica decorada, con la estilización del toro y de los que le burlan. Podría responder bien a escena religiosa o a una costumbrista. Lo que sí queda claro es la relación del hombre con el toro. Han sido frecuentes los hallazgos de bichas o monstruos como la de Balazote. Tienen cuerpo de toro, cabeza humana masculina barbada, cuernos incipientes, pequeñas orejas bovinas, en actitud de toro en reposo, con las patas delanteras plegadas bajo el vientre, la cola sobre la grupa y la cabeza vuelta al espectador algo alzada. Es una de las figuras más misteriosas de la arqueología protohistórica. Se la suele conceder una interpretación religioso-funeraria. Otras veces se les identifica con una diosa fluvial, Acheolús, bien conocida por los griegos desde tiempos muy remotos.
Abundan otras representaciones de toros, destacando las descubiertas en la necrópolis de la antigua Tugia (actualmente Toya) en la provincia de Jaén, de tamaño pequeño, pero muy expresivas. Se fecha entre los siglos IV-III a.C. El toro de Rojales, descubierto en la desembocadura del Segura, es ejemplar muy típico de este tipo de esculturas en Levante, como lo es en Andalucía el toro de Écija, del Museo de Louvre, en pie, erguido y exento, y el toro echado de Osuna, en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid desde 1941.Los hallazgos arqueológicos más expresivos del culto del toro por los iberos se refieren al templo y lugar de sacrificios, aunque se ha supuesto que fuera el primer circo para ejercicios taurinos.
Termes (denominada por los romanos Termancia) se sitúa a unos 45 kms. de Numancia. De las ruinas celtibéricas halladas se deduce que los edificios destinados a ceremonias religiosas y a espectáculos públicos se localizaban en la falda del cerro, orientados al mediodía. Estrabón indica que los habitantes de termes sacrificaban delante de sus puertas, en las noches de plenilunio, a un dios innominado y el resto de la noche bailaban a la luz de la Luna. De los objetos que se han encontrado en Termes caben destacar las cuchillas y hachas victimarias y cuernos de toros que servirían para el sacrificio de éstos y otros animales. Los edificios destinados a las fiestas de toros eran los templos y los objetos hallados nos indican el carácter religioso del sacrificio del toro. De hecho, todo el pueblo se congregaba para el sacrificio taúrico y es la noticia del trato del español con el toro de la mayor trascendencia. Este contacto de orden religioso se ha podido apreciar perfectamente en ritos y exvotos, en el que todo el pueblo debía participar con su presencia.
La Estela de Clunia nos presenta la primera representación del íbero ante la fiera, ya que las pinturas rupestres lo único que representan es la esquiva del toro en los lances peligrosos de su caza. En la pintura rupestre, el cazador huye ante el toro herido tras herirle mientras que el ademán del celtíbero es de reto o enfrentamiento al toro aunque con un arma que evidentemente es inadecuada para realizar eficazmente su misión (en caso de que ésta consistiera en matar al animal). Esta actitud de desafío y de burla es lo que la diferencia de la actitud de la caza de los restos rupestres.
La estela de Clunia nos indica una nueva relación del hombre con el toro. No indica una relación debida a la necesidad de la búsqueda de alimento, ni presenta un carácter religioso, sino que alude claramente a una práctica deportiva.
In http://www.aytocuellar.es/villa/9centro_encierros/Iberia.htm
O toureio é uma arte completa que, através do seu potencial emocional e plástico, tem inspirado, ao longo dos tempos, todas as belas artes.
A verdadeira arte deve ser pura e serena e assentar no Toureio Fundamental e não no Acessório.
O toureio verdadeiro, baseado nas sorte de maior verdade, deverá ser também avaliado pela concepção inteira da faena, pelo conhecimento do toiro, das distâncias e dos terrenos, pela ligação e pelo ritmo, nunca, a meu ver, deverá ser hipotecado à espectacularidade que deverá funcionar como valor acessório.
A faena deve ser vista como um todo encadeado por um fio de raciocínio.
Realizar um faena perfeita não é, quanto a mim, encadear um conjunto de números bem-feitos. É quase o contrário. É entender na perfeição o touro que se tem por diante, com todas as suas mutações de comportamento ao longo da lide e, num conjunto perfeito de cavalo/cavaleiro, realizar uma lide encadeada com ritmo, emotiva, irrepreensível tecnicamente e ao mesmo tempo criativa. O mais difícil de inventar no toureio é o que já está inventado.
Quando falo de criatividade, não me refiro à invenção de número novos, mas de dar outro corte, mais belo, templado e profundo aos lances fundamentais.
Fonte: Revista Equitação nº 85, Julho/Agosto 2010
"Haciéndome eco del malestar producido entre los amantes de la fiesta de los toros por las continuadas mentiras y falacias que sobre ella viene vertiendo el profesor de Investigación del Instituto de Filosofía del CSIC, Jesús Mosterín, me veo en la obligación de salir al paso de tan descarada campaña de difamación para frenar lo que considero una tergiversación inadmisible de la realidad.
Como ejemplo, tomaré algunas de las frases que el profesor Mosterín se permite escribir en su artículo ‘Farsa y mitos de la Tauromaquia', publicado en el nº 214 (julio-agosto 2010), de la revista literaria ‘LEER', en cuyo texto -salpicado de errores históricos garrafales-, el Sr. Mosterín afirma que:
1º) "El primer mito es el de la presunta agresividad del toro. El toro español no sería un bovino de verdad, sino una especie de fiera agresiva, un "toro bravo". Como rumiante que es, el toro es un especialista en la huida, un herbívoro pacífico que sólo desea escapar de la plaza y volver a pastar y rumiar en paz".
2º) "Al salir al ruedo, el toro, siguiendo su tendencia natural, se quedaría quieto o se quedaría de cara a la puerta cerrada", si no fuera, continúa, porque, para evitarlo, antes "se le clava la divisa".
3º) "El segundo gran mito es que el torero corre un gran riesgo toreando a un animal de tamaño mucho mayor que él. De hecho el riesgo del torero es mínimo. Toda la corrida es un simulacro de combate, no un combate."
4º) "El torero se acerca para que el toro no lo vea, no para mostrar valor, y el mayor riesgo que corre es el de ser herido por las banderillas."
5º) "Cuando el torero se arrodilla ante el toro en una pose de teatral coraje, en realidad no corre ningún peligro, pues el toro lo interpreta como un gesto de sumisión que le impide atacarlo."
Ante tales consideraciones, yo, Santiago Ortiz, mayor de edad y en pleno uso de mis facultades mentales, reto públicamente a Jesús Mosterín para que, en virtud del racionalismo y espíritu científico de esa Ilustración que él tanto invoca y a la que me sumo, demuestre en la práctica las aseveraciones que se permite formular acerca de la no agresividad del toro de lidia y de la inexistencia de riesgo para el hombre que se le ponga delante de no mediar esa "panoplia de torturas a las que se somete" al animal.Para lo cual propongo:
1º) Que el señor Mosterín, acompañado de personal de su confianza, se traslade conmigo, y ante los medios de comunicación que deseen estar presentes, a una ganadería brava de cuyo propietario se haya obtenido el correspondiente permiso (de lo cual yo me encargo).
2º) Que, una vez en ella, los vaqueros de la finca encierren un toro en un corral abierto y lindante con la placita de tientas. Toro que será custodiado por el personal del señor Mosterín para garantizar que nadie le moleste o incurra en cualquier tipo de "torturas" para irritarlo.
3º) Que transcurrido un tiempo razonable, con el beneplácito del profesor Mosterín se le abra al toro la puerta de la plaza, dirigiéndole a ella y se le encierre dentro.
4º) Que en la plaza no se someta al toro a castigo alguno. No habrá, pues, divisa, varas ni tampoco banderillas, éstas sobre todo para no poner en peligro la integridad física del señor Mosterín.
5º) Que el señor Mosterín se comprometerá a esperarlo en el ruedo; cosa que se supone llevará a cabo sin el menor riesgo, ya que, si como él mantiene "dos no pelean si uno no quiere", menos pelearán en este caso, pues serían ambos -el pacífico bovino (según Mosterín) y el propio filósofo- los que no desearían la pelea.
6º) Si por cualquier casualidad, se observara cierta irritación en el toro, tampoco deberá ser esto motivo de alarma, pues, poniéndose el señor Mosterín de rodillas, el animal aceptaría el gesto como de sumisión y acatamiento y renunciaría a embestirle, como el profesor afirma. Eso es todo.
Aceptando este reto, el profesor Mosterín tendría una oportunidad única para demostrar experimentalmente la veracidad de sus afirmaciones, cosa que de cumplirse no sólo me obligaría a reconocer públicamente mi error y a expresarle del mismo modo mis disculpas, sino que otorgaría a la causa antitaurina una fuerza y credibilidad extraordinarias. En caso contrario, el señor Mosterín estaría obligado a desdecirse públicamente de sus afirmaciones y reconocer que éstas no se atienen a la verdad.
Ahora bien, si el señor Mosterín rehusara recoger este guante, no sólo ratificaría mis sospechas de que es un simple embaucador, sino que quedaría por embustero (también por cobarde) ante todas las personas de buena voluntad que han venido creyendo en sus palabras.
Sr. Mosterín, el reto está lanzado. Ahora le toca a usted mover ficha.
Fdo: Santi Ortiz